Viaje citadino en este otoño porteño
Viajando en esas estrellas escondidas por las luces
Mi lluvia es rica y cae sin preámbulos de paraguas
Los nenes en las fuentes juegan a conquistar los mares
Las rosas y sus pétalos flotando en los ojos del faro,
del faro que se pierde en las plazas y sus rejas
La luz sobre el mar de gente, intermitencia interna
Osadías urbanas acelerando el curso de los rápidos,
navegan allí las peatonales y las luces de giro
La aventura de conseguir monedas al final del arcoíris
Alcanzar en la próxima estación el centro del corazón
Retumban los caminos de tierra en la sonrisa del desconocido
viaje de la noche que despabila a las antenas y cables revueltos
Cordones y esquinas distantes de orillas
Montañas y mares en la resistencia multicolor
Ruinas y excursiones en los desalojos sin memoria
Arboles y el grito de la raíz destrozando veredas
Enredaderas soñando abrazos verdes de calle a calle
Los coros de sirenas conviven con los bocinazos
Los senderos de los duendes, quizás en algún pasaje
Lo cristalino de los lagos en la soledad de los adoquines
Estrenos de cine emulan vertientes y orquídeas
Las fotos de los turistas en los miradores de las ferias
El equilibrio de la naturaleza destrozado por la desigualdad
Atravesar la mirada para no naturalizar la violencia
Semáforos que invitan a suicidar la indiferencia
Viaje en este otoño porteño de las mil voces
La paradoja de la isla desierta en las avenidas

Mariana Gavicagoxeascoa (Lepirush)