lunes, 18 de mayo de 2009

Ingenuo Apocalipsis

Es el fin del mundo,
del mundo que se mudó donde lo mudo no tiene respuesta
No, no deja ni la cáscara de los planetas y sus máscaras:
La ansiedad del estallido centrífugo se traga todo.
No es muy frutal escribir dilemas desproporcionados,
el jugo y el fruto entierran la carne en tierra de nadie.
Bebo en los movimientos del brote del otro mundo
Escondites y piedras libres de tirar la primera culpa
al lago donde el monstruo es el reflejo
que hunde los rostros en su agua limpia.

Dicen que la noche no entiende mis palabras
la noche me dice que no hay nada que entender...
Si preguntando se llega a Roma por qué
a la vuelta de la esquina vuelve a preguntar
el mapa donde es el fin del mundo?
Evasivos los adoquines exageran la respuesta
Lo que canto se escucha lejos de lo que bailo
Jaulas y puertas fuman convenciones déspotas.
Mis ritmos se superponen a la urgencia

Es el fin del mundo,
del mundo que espera lo que es suyo al otro lado del abismo
Cuantos otros corazones diluyéndose en el miedo?
Cuantos otros cantando sin ser destino ni galaxia?
Cuantos otros mundos dejare en el camino de mi pregunta?
Cuantos invisibles desencuentros antes del fin
del fin del mundo que ya no puedo justificar?
Cuantas preguntas me empaparan como repuestas?
La contradicción planetaria dilata lo afirmado
Líquidos se evaporan en el cazador que huyo
Hacia el fin del mundo que nunca comenzó.

Piruxa.

1 comentario:

Unknown dijo...

Fua Piruxa!!! Esto es poesía pura y de la buena! Brindo por esta dulce y melancólicamente romántica forma de terminar este mundo! qué lindo!