sábado, 6 de febrero de 2010

Pegame y decime...



Yo también me arrepiento del vacío de anoche
de no saltar y esquivar el agravio de la lengua
Yo también dejé morir la magia en lo explícito
No pude ser dulce en la amarga tormenta de nube
ni ser burbujero de arco iris en el presente sin sol
No pude llorar hasta reirme, ni reír hasta llorarte.


Yo también me arrepiento de las palabras en erupción
de intentar explicar lo que no huele más que a desierto
Yo también me violento ante el torbellino imposible
No pude ser destino ni arribo de tu fantasía
de la mía, ni del instante censurado de magia
No pude evitar pasar por le corazón nuevamente.


Yo también me arrepiento de la furia de anoche
de los golpes, los bajos, los altos y los despeinados
Yo también dejé las puertas abiertas a la nada
No pude evitar que destroces tu recuerdo y el mío
pisotearlo en racimos de epílogos lastimosos
No pude con el cuerpo desnudar la culpa y brillar


Yo también me arrepiento de mi obsesión por tu boca
de mi ansiedad por tu cicatriz y tu llanura sin amanecer
Yo también dejé la realidad en un paracaídas excluido
No pude con el desequilibrio y la soledad en tus ojos
ni con mi soberbia, perdida en la espuma que reflejo
No pude con mis ganas ni con tu distancia sin orillas


Yo también me arrepiento de mi insistencia y mi mirada
de transmitir en idiomas encapsulados mi esencia
Yo también soñé en la sonrisa desdibujada en otra almohada
No pude negando los rótulos escapar de la ausencia
ni sumar en la resta de lo establecido por el camino
No pude ser simple, tan simple como sé que soy en la risa


Yo también me arrepiento del encierro de anoche
del asedio ridículo, de lo sórdido en lo acabado
Yo también temblé tu miedo y mi dolor en los oídos
No pude lograr con el silencio lo suave de tu abrazo
ni entender que las gotas rebalsan los vientos
No pude cuidarme en mi entrega en lo oscuro del rechazo


Yo también me arrepiento de los cuerpos de anoche
de regar lo peor, de desintegrar el momento posible
Yo también a veces quiero ser otra, sin desear, sin caer
No pude evitar escribir estas alas rotas del sinsentido
ni ver hasta la hondura de no ser opacada por no ver
No pude evitar -tampoco- vuelen hacia su nido diluído.

























































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