Catálogos de cuerpos en una biblioteca ambigua.
Índices que son indicios de dolor latente.
Titulares de la canción más triste del mundo.
Caricias infalibles, la sonrisa destroza el gris
En otro tiempo más allá del tiempo que existe.
Escupir sabiendo que no hay ni ley de gravedad.
Buscar formatos islas, aristas, soles desnudos.
Encontrar muertos los inocentes y los por qué.
Leprosas almas bélicas que despiden su ira.
Estrujada la magia de la vida y los ríos
En el atardecer rojo, vacío y desfigurado
De las lágrimas del siglo XXI que emula
El pasado y esboza el futuro enjaulado
Esta es una sola y es todas las otras ocultas.
Erguidos en un trampolín pirata y suicida
Límpido cielo en la tierra tan contaminada
De poder, de insensatez, de límites, de que?
Jungla de otro verde, verde con signos
Signos con títeres y marionetas con cabezas
Estrellas no caen ni por equivocación allí
En los deseos de la ambición, del sinsentido…
Impotencia! Desorientada la carne podrida
La indiferencia y sus sucias acepciones
La palabra guerra justifica los naufragios
La humanidad toda se ahoga en su ombligo
Los soldaditos no son de plomo, ni de plástico
Sigo sin parpadear, sin entender, sin saber…
Siguen los mapas dibujándose al mejor postor
Las casas son escombros de lo injustificable
No hay palabras, no hay almas, no hay nada
Hay un muerto mas apilándose en la
Montaña del desconcierto y el dolor.
Mariana Gavicagoxeascoa