Golpe al vació buscando que se escurran las palabras

Estrujo el sin sabor de los quiebres de razón

Sedientos de los renglones son mis oídos ciegos

La forma (la que ansían tener) ya fue demolida hace tiempo

Las verdades son improvisaciones ante las absurdas necesidades

Los pretextos son infinitos, como indeseables,

Pertenecen a un planeta vigorosamente estéril.

Misterios y deseos atraviesan un gran mar evaporado

Mar que ahoga en el intento las penosas excusas

Mar que al abrirse deja cruzar mi esencia

El ritmo no es sutil en la indiferencia

Flotar está contemplado en este paraíso perlado

No hay religiones, sòlo cultivos internos

El infierno no es, sino un hechizo eterno

El cielo…el cielo no es posible alcanzarlo

Sólo cuando las nubes mágicas me acarician

Puedo después volver a la tierra…

Sumergirme en mi ambicioso archipiélago

Distinguir entre lo vivo y lo muerto del eco

Entre el aire y la niebla del remolino de sentir.

Piruxa.