
Plegaria de la nebulosa:
Dios los junta y ellos se atraviesan
Dios no existe y el viento los amontona
Ellos corren tras el dolor y el grito
Dedos de los pies sobre la plaza San Martìn
Dedos del alma flotando en sus verdes laberintos
Alas rotas, días largos, resurrecciones etéreas.
Truenos sordos de mi fe…
Relámpagos milagrosos en una boca atea.
Mari.
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